DISFUNCIÓN SOMÁTICA Y LESIÓN POSICIONAL: EL ORÍGEN
DE LA ALTERACIÓN DEL MOVIMIENTO
En nuestra vida cotidiana y especialmente en
la realización de actividad y/o ejercicio físico, sentimos muchas veces, a
pesar de estar en un buen estado de forma, la imposibilidad de realizar
determinados gestos o actividades,
incluso en innumerables ocasiones acompañado de cuadros dolorosos, con
limitación de la movilidad y/o de impotencia funcional, sin aparentemente padecer ninguna lesión o
trastorno, y sin ningún diagnóstico médico de que nos justifique lo que nos
está pasando. Es en esta situación donde debemos comprender que existen
lesiones que denominamos como Disfunción
Somática (DS) que son invisibles a los métodos de diagnóstico tradicionales
y que desgraciadamente aún son una entidad desconocida y a veces ignorada
dentro de la medicina, todo y su reconocimiento como término diagnóstico
válido y codificable en la Clasificación Internacional de Enfermedades (1).
La DS se ha convertido en una de las bases
del razonamiento en la medicina osteopática, y está definida por la American
Association of Colleges of Osteopathic Medicine como el deterioro o la
alteración funcional de los componentes asociados al sistema somático
(estructura corporal): esqueléticos, articulares, miofasciales y elementos
vasculares, linfáticos y nerviosos relacionados (2).
Haciendo una interpretación desde esta
compleja definición podemos decir que la DS se inicia como una reacción inicialmente local,
caracterizada por la aparición de una
fijación en un segmento corporal (A), capaz de
provocar alteraciones en la función
corporal global, tanto en su mecánica (B) como
en su fisiología (C). Si vamos a un ejemplo,
podemos decir que cuando se produce una agresión a un tejido (vértebra) por una
causa externa (traumatismo), este tejido
debido a mecanismos fisiológicos complejos (respuesta del sistema nervioso
central) quedará fijado en una posición determinada, comportando una pérdida de
la movilidad normal y la aparición de una reacción local inflamatoria y de
dolor (A).
Esta, a su vez , producirá cambios en el funcionamiento mecánico de toda
la zona de influencia de dicho tejido con una pérdida de movilidad y dolor en
toda la zona o zonas de influencia (B), y a su
vez producirá un mal funcionamiento de esta región y de todos los tejidos que rodean al mismo e
incluso a otros sistemas lejanos al origen de la lesión (C).
Entre las posibles y más frecuentes causas de la DS encontramos los
traumatismos, el stress mecánico recurrente, ciertas perturbaciones posturales
, problemas psico-emocionales, enfermedades orgánicas y/o perturbaciones de la
función visceral, y en algunos casos, ciertos
métodos terapéuticos como la ortodoncia, intervenciones quirúrgicas,
mala praxis por parte de terapeutas físicos…
La evidencia
científica si bien ha resuelto satisfactoriamente como se produce la
respuesta local y la aparición de la restricción del segmento corporal afectado, así como sus relaciones en los
mecanismos del dolor (3-4-5), no ha resuelto todavía si
pueden producirse respuestas en los tejidos viscerales (6).
En la evolución
clínica si bien, en un principio, la
DS puede pasar inadvertida o oculta por la propia lesión o reacción local, una
vez pasada esta fase, empezará de forma lenta y progresiva a manifestar
alteraciones que muchas veces no se relacionaran con la lesión inicial, tales
como la limitación de movilidad, el dolor en otras zonas e incluso, tal y como
hemos mencionado, en otras funciones del organismo, llegando a producir incluso
cambios en la densidad del propio hueso (7). Es por este echo, que en mi
opinión, el restablecimiento correcto de la DS y de la función mecánica, además
de mejorar el movimiento y los procesos del dolor, evitará consecuencias a
largo plazo sobre los cambios y el deterioro de los tejidos involucrados en el
proceso.
El diagnóstico
de la DS, es tremendamente complejo y es
la clave para el tratamiento. Se hará en base a :
a)
La sintomatología del paciente
(anamnesis).
b)
La observación postural y neurológica.
c)
La palpación y valoración de la restricción
local del movimiento del segmento corporal afectado.
d)
La evaluación de la biomecánica global.
El
osteópata, utilizará los conocimientos
de la metodología osteopática así como de los medios complementarios de diagnóstico por imagen y
de diagnóstico diferencial que descarten otras patologías que necesiten
intervención de otros médicos especialistas, hasta llegar al diagnóstico
osteopático que será la base de todo el tratamiento.
En algunas ocasiones , sobretodo en
determinadas zonas de la columna vertebral (zona cervical superior y zona
lumbo-sacra) estas lesiones inducen un cambio observable (mediante RX) en la
posición de la vértebra afectada. Es en este caso que hablaremos de lesión posicional (LP)(8).
Estas LP, normalmente, son
consecuencia de traumatismos importantes (caídas, accidentes de tráfico…) y
cursaran con importantes manifestaciones tanto a nivel de dolor como en la
restricción de movilidad, y necesitaran una intervención muy determinada y
precisa para su corrección, por lo que se necesitará la intervención de
osteópatas especializados en técnicas de
ajuste específico (S.A.T)
El tratamiento de la DS consistirá en realizar estímulos sobre el segmento
afectado mediante técnicas de reprogramación para recuperar el movimiento,
restableciendo así los mecanismos fisiológicos normales, eliminando el dolor, y retornando al organismo
su capacidad para expresarse en su máxima amplitud.
Entre
las técnicas osteopáticas más habituales encontramos:
a) Técnicas de
corrección miotensiva: Basadas en los principios de F.
Mitchell, constituyen un método de terapia manual que utiliza la contracción
voluntaria del músculo con el fin de restituir la movilidad articular en una
DS, considerando al músculo como el responsable principal de la restricción del
movimiento (9)
b) Técnicas de
movilización articular y técnicas de manipulación de la columna:
Son formas de tratamiento comúnmente utilizadas. La manipulación de la columna
vertebral difiere de la movilización, ya que implica un empuje súbito, a alta
velocidad y de corto recorrido articular, que generalmente no puede ser
resistido por el paciente, mientras que la movilización implica una baja
velocidad, en el que el movimiento
pasivo puede ser limitado o incluso interrumpido por el paciente (10). Estos métodos
son eficaces sobre el tratamiento del dolor debido principalmente a su efectividad en la mejoría de la movilidad de dicho segmento (11)
c) Técnicas de
manipulación visceral: Está basada en la aplicación
específica de fuerzas manuales suaves que
ejecutadas sobre una víscera y los tejidos de sostén de la misma,
estimulan la movilidad normal, el tono y el movimiento de estos. (12)
d) Técnicas de
relajación miofascial: Son técnicas manuales suaves, que se
basan en el principio de agravación o facilitación de la lesión, ampliamente
utilizadas para liberar restricciones fasciales y restaurar la movilidad de los
tejidos.
(13)
El tratamiento de la LP, tal y como he
citado anteriormente, se realizará mediante
técnica de S.A.T. El objetivo de
esta técnica, de máxima precisión, es
invertir la lesión debida a los vectores provocados por el traumatismo.
La técnica de manipulación estará dirigida en función de los componentes de
movilidad restringida en la exploración cervical y evidentes mediante el
estudio Radiológico (14).
En el caso clínico presentado a continuación,
de un varón de 40 años que presentaba dolor agudo con severa limitación de la
movilidad del cuello, post accidente de
esquí con contusión directa sobre la cabeza y la columna cervical, podemos ver como la posición anormal de la 3ª
vértebra cervical, obliga a la columna a invertir su posición, afectándose así
todo el arco cervical. Después de la corrección (la radiografía posterior fue
tomada dos horas después de la manipulación), se puede observar el cambio de
posición de la vértebra y la restauración de la curva cervical normal (lordosis
fisiológica).
El
paciente presentó una mejoría notable del dolor y la recuperación completa de
la movilidad del cuello al día siguiente del tratamiento.
Lesión
posicional cervical en C3 Post tratamiento técnica de SAT
No me
gustaria terminar este post, sin recordar, que la osteopatía
actualmente en el Estado español, a diferencia de países como Inglaterra o
Estados Unidos en que si lo es, no es una profesión sanitaria reconocida.
Siguiendo
los criterios especificados tanto por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) como por la Federación Europea de Osteópatas
(EFO), la osteopatía solo debe ser practicada por profesionales sanitarios con formación
universitaria de Máster en Osteopatía.
Joan Parera Turull
Osteópata D.O. - MSc Medicina Clínica
Bibliografía:
1. M99.0
-apartado de disfunciones biomecánicas.
2.
American Association of Colleges of Osteopathic Medicine. Glossary of
osteopathic terminology.
http://www.aacom.org/resources/bookstore/Documents/GOT2011ed.pdf. Updated 2011
3. Hutson M
Ellis R. Textbook of
musculoskeletal medicine. Oxford ; New York: Oxford University Press; 2006. 550
p.
4. Van
Wilgen CP, Keizer D. The sensitization model to explain how chronic pain exists
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Nurs. 2012;13(1):60-65.
5. Latremoliere A, Woolf CJ. Central
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plasticity. J Pain.
2009;10(9):895-926.
6. King HH, Patterson MM, Jänig W. The science
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2010.)
7. Fessenmeyer MO: L’os, un élément de
diagnostic. Sully 2008
8. Dummer,T.:
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9. Almazán G,
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10. Paciaroni M,
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Neurol. 2009;61(2):112–8.
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Ledro G, Turrina A, Stecco C, Santilli V, Smania N. Effects of myofascial
technique in patients with subacute whiplash associated disorders: a pilot
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De la spinologie à l’ajustement spécifique ostéopathique. Aix-en-Provence: Éd.
de Verlaque; 2003.